Palabras, palabras que alimentan, que quitan la sed, entretienen, alegran, entristecen, prometen, ilusionan, te mantienen firme, pero son eso, palabras; un conjunto de letras... palabras, palabras que generan sentimientos;
sentimientos que destruyen. Destruyen almas ya destruidas, ya reformadas, almas heridas, almas y corazones; corazones que también han sido atacados. Queremos reforzarlos, nos creemos fuertes, valientes, invencibles, con nuestra coraza por delante, capaces de enfrentarnos a una guerra dolorosa, al amor del siglo XXI.
Corazones y almas contra palabras, palabras que alimentan, que quitan la sed, entretienen, alegran, entristecen, prometen, ilusionan, te mantienen firme, pero sólo son eso, palabras; palabras que sobre todo... ¡DESTRUYEN!
martes, 15 de octubre de 2013
Diario de un corazón. Parte III: Monotonía.
Monotonía, mezclando noches, tabaco, preguntas
existenciales. Convirtiendo todos los besos que nunca nos dimos en bonitos
textos que acabé perdiendo por ahí, no sé, hace tiempo que no ordeno ni mi vida
ni mi habitación. Desde aquel día vi más oportuno abrir la puerta, salir y
enfrentarme a la oscuridad, o a la luz, o quizás era ese juego de sombras que
habías creado en mi corazón.
Monotonía, esta vez en un sentido más diferente, abrir
puertas, ventanas, romper muros, conocer gente, regalar sonrisas y permitir que
te las regalen, dejar que la luz entre a ese pasillo que nunca me habías dejado
ver, la oscuridad es oscuridad hasta el año, mes, semana, día, hora, minuto,
segundo en el que decidas dejar entrar la luz.
Deja la puerta abierta y no te quedes ahí parado porque
estorbas y hay alguien que quiere entrar para arreglar el cortocircuito que
dejaste en mi corazón.
Dedicado a todos esos corazones capaces de enamorarse de
corazones tóxicos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)